Genocidio
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Es el exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivo de raza, etnia, religión o nacionalidad. El Derecho Internacional lo tipifica como delito que afecta a toda la humanidad, lo que impide acogerlo a leyes de amnistía o prescripción y permite que sus responsables sean juzgados por una Corte Internacional. Constituyen genocidio aquellos actos que, en tiempos de paz o en tiempos de guerra se dirigen intencionalmente a destruir, total o parcialmente, alguno de esos grupos sociales mediante matanza o lesión grave, física o mental de sus miembros; sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial; medidas para impedir nacimientos en el seno del grupo; y traslado forzoso de niños del grupo a otro grupo.
El Papa Francisco se refirió textualmente al "genocidio" sufrido por el pueblo armenio, entre 1915 y 1923: un millón y medio de muertos, entre ellos obispos, sacerdotes, religiosos, mujeres, ancianos, niños indefensos. Lo dijo al comienzo de una solemne liturgia dedicada a recordar el centenario de este martirio, y a proclamar como Doctor de la Iglesia a San Gregorio Narek, eminente teólogo armenio.
El siglo XX conoció, según el Pontífice, otros dos genocidios: los perpetrados por el nazismo y por el estalinismo. Sin olvidar los exterminios en masa acontecidos en Camboya, Ruanda, Burundi o Bosnia. Y todavía hoy "sentimos el grito sofocado e inatendido de tantos hermanos que a causa de su fe o de su pertenencia étnica son pública y atrozmente decapitados, crucificados, quemados vivos o forzados a abandonar sus tierras": en referencia a lo obrado por el "Estado Islámico" en Irak y en Siria.
Quienes se sintieron aludidos por las palabras del Papa hicieron de ellas un incidente diplomático. El Papa no es un diplomático, sino un profeta: llama las cosas por su nombre y sólo teme callar lo que Dios, en su conciencia, le ordena proclamar. Habló en un templo: la vida del hombre, templo de Dios, es sagrada.
Durante una Eucaristía: memoria y presencia del atroz martirio voluntariamente aceptado por el Hijo de Dios. Muda y elocuente protesta contra todo atentado a la vida inocente. Prueba de sangre que atestigua el inapreciable valor de una vida humana.
El Derecho internacional califica como genocidio "las medidas para impedir que nazcan niños en el seno de un grupo". Así actuó un Faraón egipcio contra recién nacidos hebreos, y Herodes contra bebés menores de dos años acunados en Belén. En su irracionalidad brutal había una cierta lógica: aniquilar a un potencial enemigo. Hoy esa misma irracionalidad brutal elige como víctima al ser más amigo, más puro, más incapaz de agredir: tu hijo, tu paciente, tu connacional, de tu raza y religión.
El aborto legal incorpora 4 nuevas causales de genocidio: por tamaño, edad, inconveniencia o disgusto.